Arrancó el 2021 y con él, cambios y desafíos. Algunas luces de esperanza traducidas en el inicio del proceso de vacunación contra el COVID-19, y el regreso a la presencialidad del sector educativo, son parte del panorama con el que nos encontramos durante los primeros meses. Ya lo adelantábamos en nuestra edición anterior - “el desafío será afectivo y vincular”- y seguramente lo transitaremos así, a lo largo de estos doce meses. Como organización de la sociedad civil, empezamos el año asumiendo nuestra primera intervención presencial; el Programa de Atención en Fiestas PAF adecuó los mecanismos de intervención y redireccionó las temáticas atravesadas por el contexto de pandemia, hizo uso de nuevas tecnologías que permitieron el acceso a la información, favoreciendo el distanciamiento físico; de esta manera intervino en espacios nocturnos (bares) con el fin de reducir riesgos y daños del consumo de sustancias psicoactivas en este escenario aún pandémico.
Nuestro dispositivo No Te Sientas Zarpado, dirigido a adolescentes y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad, retomó sus clásicos encuentros; “el campito” en el colegio La Salle de González Catán fue testigo, después de casi un año, de la alegría de volver, protocolos de por medio, a vincularnos desde la afectividad y la contención.
El 2021 será un año de retomar encuentros, pero también de sostener cuidados. De procesar y trabajar colectivamente lo que a nivel social fue dejando en el último año la pandemia. Será indispensable trabajar con y por las poblaciones más vulnerables de nuestra sociedad. Hoy más que nunca, resulta necesario replantearnos y reformular políticas públicas, que amplíen derechos y busquen mayor igualdad.
En Intercambios Asociación Civil, hay una serie de tareas que desde hace más de 25 años son prioridad en nuestras agendas anuales, y este 2021 no será la excepción. Seguiremos trabajando por la reforma de las políticas de drogas, en especial la tan postergada Ley 23.737. Si bien hubo avances importantes durante el 2020 en materia de políticas de drogas, aún hay mucho por hacer y en ese camino estamos firmes como siempre, con el constante compromiso de expandir las redes de trabajo a nivel nacional y regional, y con ello trabajar conjuntamente por las personas que usan drogas.
Seguiremos trabajando en la construcción de evidencia científica, a través de investigaciones y publicaciones que aporten y den sustento a las luchas por las reformas legales y sanitarias a favor de los derechos de lxs usuarixs de drogas y de otras poblaciones vulnerables con las que trabajamos.
En un mundo en constante cambio, continuaremos reinventando respuestas para nuestras intervenciones, siempre con el fin de aumentar cuidados y reducir riesgos. Por séptimo año consecutivo volveremos a levantar la bandera de la campaña global Acompañe No Castigue, que en su última edición nos permitió convocar a más de 100 organizaciones argentinas, como adherentes a la firma del documento final. Este año volveremos a generar los espacios para promover el debate social informado y con base científica, que impulse políticas no punitivas y que respondan de manera eficaz a los diversos problemas asociados con las drogas. Por eso como lo veníamos haciendo desde el 2003, la Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas marca un punto de vital importancia en nuestra agenda.
Muchas cosas cambiaron y seguramente muchas más seguirán cambiando, seguiremos adaptándonos y adaptando nuestras formas de trabajo, pero mantenemos la convicción de trabajar por esas transformaciones que creemos urgentes, esas que la pandemia iluminó y en algunos casos resignificó, esas transformaciones que nos acerquen cada día a ser una sociedad más justa, en la que el respeto por los derechos humanos sea la base central. |